17 Calaveritas Literarias Inventadas para Maestros: Un Homenaje Divertido

Las calaveritas literarias inventadas para maestros ofrecen una manera única de celebrar el Día de Muertos. Estas poesías llenas de humor y rima rinden homenaje a los educadores, reconociendo su dedicación con una sonrisa. Aquí tienes 17 calaveritas completas y originales que reflejan el espíritu alegre de la festividad.

Índice
  1. Calaveritas Literarias para Maestros Inventadas
  2. 1. La Maestra de Matemáticas
  3. 2. El Profesor de Historia
  4. 3. La Maestra de Lengua
  5. 4. El Maestro de Ciencias
  6. 5. La Profesora de Arte
  7. 6. El Maestro de Educación Física
  8. 7. La Bibliotecaria
  9. 8. El Maestro de Música
  10. 9. La Maestra de Geografía
  11. 10. El Maestro de Filosofía
  12. 11. La Maestra de Educación Cívica
  13. 12. El Maestro de Tecnología
  14. 13. La Maestra de Literatura
  15. 14. El Maestro de Artes Plásticas
  16. 15. La Maestra de Educación Inicial
  17. 16. El Maestro de Educación Artística
  18. 17. La Maestra de Educación Ambiental

Calaveritas Literarias para Maestros Inventadas

1. La Maestra de Matemáticas

En su aula de matemáticas,
la maestra siempre enseña,
con números y fórmulas,
su pasión nunca se aleja.

Pero un día, la muerte curiosa,
entró con una suma final,
y al ver el enredo numérico,
dijo: “Vamos a terminar este ritual.”

“Ya basta de ecuaciones,
de fracciones y de cálculo,
es hora de descansar,
y dejar el libro en el estante.”

La maestra, con una sonrisa,
dejó el pizarrón al final,
y la muerte la llevó bailando,
a un descanso celestial.

2. El Profesor de Historia

El profesor de historia,
con sus relatos en acción,
narraba batallas y reyes,
con gran precisión y pasión.

Un día, la muerte llegó,
escuchando cada episodio,
y al final del último relato,
le dijo con tono divertido:

“No más guerras ni fechas,
ni reyes ni imperios perdidos,
hoy te llevo a un descanso,
sin libros ni papeles leídos.”

Así, el profesor dejó su clase,
con una sonrisa y sin temor,
y la muerte lo llevó a un lugar,
donde los eventos son puro amor.

3. La Maestra de Lengua

La maestra de lengua,
con libros siempre a la vista,
corregía redacciones y poemas,
con una paciencia que resista.

La muerte llegó en un momento,
cuando corregía una redacción,
y con una risa encantada,
le dijo: “Te llevo en esta ocasión.”

“No más errores ni acentos,
ni frases por corregir,
es hora de disfrutar la vida,
sin más palabras que añadir.”

Con una última corrección,
la maestra se despidió,
y la muerte la llevó bailando,
al descanso que tanto pidió.

4. El Maestro de Ciencias

El maestro de ciencias,
hacía experimentos sin fin,
mezclando fórmulas y sustancias,
con un entusiasmo sin fin.

Pero la muerte, con su manto,
llegó a la sala de experimentos,
y al ver los frascos y tubos,
dijo: “Ya es hora de otros eventos.”

“No más reacciones ni mezclas,
ni fórmulas complicadas,
hoy te llevo a un descanso,
con nuevas y alegres jornadas.”

Así, el maestro dejó sus frascos,
con una sonrisa en su rostro,
y la muerte lo llevó a descansar,
dejando atrás el laboratorio a su gusto.

5. La Profesora de Arte

La profesora de arte,
con pinceles y colores,
creaba obras maravillosas,
en todos los rincones y sabores.

Pero la muerte llegó un día,
con un lienzo en la mano,
y al ver los cuadros de colores,
dijo: “Es momento de cambiar el plano.”

“No más pinceladas ni tonos,
ni obras para exhibir,
hoy te llevo a una galería,
donde solo debes sonreír.”

Con una última pintura,
la profesora se despidió,
y la muerte la llevó a un lugar,
donde la creatividad nunca se extinguió.

6. El Maestro de Educación Física

El maestro de educación física,
en la cancha siempre en acción,
daba clases de deportes,
con gran dedicación.

La muerte llegó un día,
mientras el maestro corría,
y con una sonrisa traviesa,
le dijo: “Es hora de una nueva partida.”

“No más ejercicios ni carreras,
ni juegos en el campo,
hoy te llevo a un descanso,
con un ritmo más calmo.”

Así, el maestro dejó la cancha,
con una risa alegre y viva,
y la muerte lo llevó a un descanso,
donde el ejercicio es solo una brisa.

7. La Bibliotecaria

La bibliotecaria en su sala,
ordenaba libros con destreza,
colocando cada tomo,
con gran precisión y belleza.

Pero la muerte, con su libro,
llegó al final del día,
y al ver la sala en orden,
le dijo: “Es hora de una nueva guía.”

“No más estantes ni lecturas,
ni libros por colocar,
hoy te llevo a un descanso,
donde solo puedes disfrutar.”

Con una última organización,
la bibliotecaria se despidió,
y la muerte la llevó a un lugar,
donde los libros no se acabaron.

8. El Maestro de Música

El maestro de música,
con su guitarra y partituras,
compuso melodías hermosas,
y siempre en nuevas aventuras.

Pero la muerte llegó un día,
mientras él afinaba el tono,
y con una sonrisa encantada,
dijo: “Es hora de otro sonoro.”

“No más notas ni melodías,
ni conciertos por preparar,
hoy te llevo a un descanso,
donde puedes relajarte y cantar.”

Con una última canción,
el maestro se despidió,
y la muerte lo llevó a un lugar,
donde la música nunca se acabó.

9. La Maestra de Geografía

La maestra de geografía,
con mapas y globos en mano,
enseñaba continentes y mares,
con un conocimiento urbano.

La muerte llegó un día,
mientras ella trazaba un mapa,
y con una sonrisa traviesa,
le dijo: “Es momento de una pausa.”

“No más países ni continentes,
ni mapas por dibujar,
hoy te llevo a un descanso,
donde solo debes descansar.”

Así, la maestra dejó su aula,
con una risa y sin pena,
y la muerte la llevó a un lugar,
donde el mundo es solo una escena.

10. El Maestro de Filosofía

El maestro de filosofía,
discutía sobre el ser y el deber,
con pensamientos profundos,
y un saber sin poder.

Pero la muerte, con su manto,
se acercó al aula de debates,
y al ver las teorías y conceptos,
dijo: “Es hora de otros instantes.”

“No más pensamientos profundos,
ni preguntas sin contestar,
hoy te llevo a un descanso,
donde solo puedes meditar.”

Con una última reflexión,
el maestro se despidió,
y la muerte lo llevó a un lugar,
donde el conocimiento se expandió.

11. La Maestra de Educación Cívica

La maestra de educación cívica,
enseñaba leyes y deberes,
con gran dedicación y pasión,
y un sentido de saberes.

Pero la muerte, con su traje,
entró al aula en plena clase,
y al ver la lección en curso,
dijo: “Es tiempo de otro pase.”

“No más leyes ni normas,
ni clases de deberes,
hoy te llevo a un descanso,
donde solo tienes placeres.”

Con una última lección,
la maestra se despidió,
y la muerte la llevó a un lugar,
donde las normas se olvidaron.

12. El Maestro de Tecnología

El maestro de tecnología,
con computadoras y gadgets,
enseñaba sobre redes y apps,
y nuevos avances en gadgets.

La muerte llegó con un chip,
mientras él programaba sin parar,
y con una sonrisa enigmática,
dijo: “Es hora de desconectar.”

“No más teclas ni pantallas,
ni códigos por escribir,
hoy te llevo a un descanso,
donde puedes simplemente existir.”

Con un último comando,
el maestro se despidió,
y la muerte lo llevó a un lugar,
donde la tecnología no se consumió.

13. La Maestra de Literatura

La maestra de literatura,
con cuentos y novelas por doquier,
fascinaba a todos con historias,
y su pasión por leer.

Pero la muerte, con su pluma,
se acercó al aula literaria,
y al ver los libros en fila,
dijo: “Es momento de una pausa diaria.”

“No más historias ni novelas,
ni versos por analizar,
hoy te llevo a un descanso,
donde solo debes descansar.”

Con una última lectura,
la maestra se despidió,
y la muerte la llevó a un lugar,
donde las letras nunca se acabaron.

14. El Maestro de Artes Plásticas

El maestro de artes plásticas,
con pinceles y ceras en mano,
creaba esculturas y cuadros,
con un estilo siempre humano.

La muerte llegó al taller,
mientras él daba los últimos retoques,
y con una sonrisa creativa,
dijo: “Es hora de otros brotes.”

“No más esculturas ni pinturas,
ni ceras por usar,
hoy te llevo a un descanso,
donde el arte puedes admirar.”

Así, el maestro dejó su estudio,
con una sonrisa satisfecha,
y la muerte lo llevó a un lugar,
donde el arte nunca se pierde.

15. La Maestra de Educación Inicial

La maestra de educación inicial,
con juguetes y cuentos por doquier,
enseñaba a los niños pequeños,
con un cariño que hacía florecer.

La muerte llegó con un peluche,
mientras ella contaba un cuento,
y al ver la alegría infantil,
dijo: “Es hora de un nuevo momento.”

“No más juegos ni cuentos,
ni niños por enseñar,
hoy te llevo a un descanso,
donde solo debes descansar.”

Con un último abrazo,
la maestra se despidió,
y la muerte la llevó a un lugar,
donde el juego nunca se acabó.

16. El Maestro de Educación Artística

El maestro de educación artística,
con colores y formas en su aula,
creaba obras inspiradoras,
que siempre asombraban con su causa.

Pero la muerte llegó un día,
mientras él diseñaba un mural,
y con una risa estética,
dijo: “Es momento de cambiar el canal.”

“No más pinceles ni colores,
ni proyectos por terminar,
hoy te llevo a un descanso,
donde solo debes relajarte y mirar.”

Con una última obra,
el maestro se despidió,
y la muerte lo llevó a un lugar,
donde el arte nunca se apagó.

17. La Maestra de Educación Ambiental

La maestra de educación ambiental,
con plantas y árboles por enseñar,
cuidaba el medio ambiente,
con pasión por preservar.

La muerte llegó al jardín,
mientras ella sembraba una flor,
y con una sonrisa verde,
dijo: “Es hora de otro color.”

“No más tierra ni semillas,
ni ecosistemas por cuidar,
hoy te llevo a un descanso,
donde la naturaleza puedes admirar.”

Con una última siembra,
la maestra se despidió,
y la muerte la llevó a un lugar,
donde el verde nunca se desvaneció.

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